El ojo es el órgano principal de nuestro sistema óptico, el cual nos permite observar objetos y examinar nuestro entorno. La visión se inicia cuando los rayos de luz son refractados al pasar por la córnea y por el cristalino hacia la retina, en donde dichos rayos son transformados en impulsos eléctricos que viajan a través del nervio óptico hasta la parte posterior del cerebro, el cual se encarga de interpretar las imágenes de nuestro entorno.
Sin embargo, en los casos en los que el globo ocular sea más corto o más largo de lo normal, o en caso de que exista una curvatura no estándar de la córnea, se pueden desencadenar problemas visuales.
Los problemas visuales más comunes son la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo. De hecho, aproximadamente el 40% de la población mundial tiene uno o más de estos problemas.
MIPOPIA
Hablamos de miopía cuando los objetos cercanos se ven con claridad, pero los objetos lejanos se ven borrosos. Este problema visual puede ocurrir cuando el globo ocular es demasiado largo, lo cual evita que la luz percibida se enfoque sobre la retina; además, también puede ocurrir cuando la córnea o el cristalino tienen una forma anormal.
Los síntomas más frecuentes de la miopía son: dolores de cabeza, mareo visual, entrecerrar los ojos para captar la visión y dificultad para ver objetos lejanos. En algunos casos, el globo ocular llega a estirarse y se alarga, ocasionando “agujeros o desgarros en la retina”, lo que incluso puede producir el desprendimiento de la retina. Cuando esto sucede, nos estamos refiriendo a una “Alta Miopía”.
Este problema de visión puede afectar a cualquier persona, sin importar su edad. De hecho, esta patología visual ha sido diagnosticada hasta en niños con una edad comprendida entre los 8 y 12 años, la cual, si no es corregida a tiempo, puede empeorar a medida que el niño va avanzando en edad.
Igualmente, algunos científicos han argumento que existen factores genéticos relacionados con esta afección. Así, si los padres tienen miopía es muy probable que sus hijos también padezcan este problema visual.
HIPERMIOTROPIA
En la hipermetropía (también conocida por el nombre de "hiperopía"), a diferencia de lo que ocurre con la miopía, los objetos distantes se visualizan con mayor claridad que los objetos cercanos. Esta afectación visual es muy común; sin embargo, algunos individuos no perciben inmediatamente que tienen este problema con su visión, especialmente cuando son jóvenes; aunque también existen otras personas con hipermetropía que tienen una visión mucho más borrosa, hasta el punto de no poder visualizar ni los objetos cercanos ni los lejanos. Además, al igual que la miopía, la hipermetropía puede afectar tanto a niños como adultos y puede empeorar con el paso de los años.
La Hipermetropía visual ocurre cuando las imágenes se enfocan detrás de la retina en lugar de hacerlo sobre ésta. También puede ocurrir cuando la córnea o el cristalino tienen forma anormal. Los síntomas más persistentes son: Dolor de cabeza, fatiga visual y visión borrosa de los objetos a corta distancia.
ASTIGMATISMO
Este problema visual se da cuando la imagen de un objeto se ve confusa y distorsionada, además que ocasiona dolor de ojos, dolor de cabeza y mucha fatiga visual. Los lentes que corrigen este problema son los cilíndricos, aunque también se puede corregir con cirugía refractiva.
El astigmatismo ocurre cuando el ojo no puede enfocar la luz sobre la retina de manera correcta, y puede afectar a personas de cualquier edad. Además, es posible que algún factor genético incida en la aparición de esta afección, a la vez que puede ocurrir ligado a traumatismos o a cirugías.
Estos problemas visuales deben ser diagnosticados por profesionales, como un oculista o un oftalmólogo. Estos especialistas llevan a cabo un examen que permite determinar el tipo de problema visual que se padece, para posteriormente indicar cuál es el mejor tratamiento. Entre estos tratamientos destacan el uso de lentes o la realización de alguna cirugía refractiva, la cual permite corregir el problema visual de manera permanente.